[Inserte aquí el contenido]Año tras año urraqueñas y urraqueños celebramos los días 2, 3 y 4 de febrero las fiestas patronales en honor a nuestro patrón San Blas. La celebración de la Eucaristía junto con la procesión de nuestro patrón por las calles de Urrácal, son pilares fundamentales en estas fiestas. San Blas, obispo y mártir, que por ser cristiano, padeció en tiempos del emperador Licinio en la ciudad de Sebaste, en Armenia (actualmente Sivas, Turquía) (c. 320), es conocido como protector de los males de garganta. Dicen que fue médico y destacan como virtudes su humildad, paciencia, devoción, castidad, inocencia y caridad; en una palabra, su santidad. Lo eligieron obispo por aclamación unánime del clero local y el pueblo, según la usanza propia del tiempo. Las circunstancias externas eran extremadamente difíciles entonces por la persecución de Diocleciano y de sus sucesores.Cuenta el relato de su vida que aquél sabio y bondadoso obispo Blas se refugió en una gruta del monte Argeo, y desde allí mantenía contacto con sus fieles esporádicamente,consolándoles y fortaleciéndoles con su ejemplo y palabra. Retirado en oración y penitencia, se acompañaba de fieras, pequeñas y grandes, que recibían la bendición del santo que los libraba de sus males. Así lo encontraron los soldados del prefecto Agrícola cuando pateaban el monte Argeo en busca de fieras para las fiestas de los romanos en el circo. Condujeron al prisionero Blas por las tierras y pueblos hasta Sebaste. Lleno de bondad, sanó la garganta de una joven que tenía atravesada una mala espina. Fue llevado a la presencia del procurador, juzgado por blasfemo se le brinda la oportunidad de salvarse de la muerte con el solo hecho de derramar unos granos de incienso en la pira encendida a los dioses. Como el obispo resiste con firmeza, lo apalean, lo cuelgan de un madero y rastrean su cuerpo con garfios de hierro sin hacerle desistir de su fe. Finalmente fue decapitado.